Un emotivo testimonio de fe y unidad familiar marcó la vida de la Iglesia Reino Graça en Orlando, Estados Unidos, el pasado domingo 27, cuando la joven Valentina Siciliano pidió a sus padres como único regalo de cumpleaños ser bautizada. Lo que comenzó como el anhelo personal de una adolescente se transformó en una experiencia inolvidable de avivamiento y cosecha espiritual en toda su casa.
El corazón de su madre, Evelyn, fue conmovido: “Bueno hija, ya que tú quieres, yo voy a darte ese regalo, yo también me bautizaré contigo”.
Pero el testimonio no terminó ahí. El pastor compartió que el día anterior, el padre y el hermano de Valentina, João y João junior, se acercaron discretamente para pedir también el bautismo junto a la familia, dando así un paso de fe colectivo: “Padre e hijo también serán bautizados. Toda la familia, para honra y gloria del Señor Jesús. ¡Gloria a Dios!”.
El momento fue tan impactante que la iglesia entera no pudo contener las lágrimas y se unió en aplausos y alabanzas. El pastor resumió la escena: “La firme decisión de una adolescente en seguir a Cristo tocó profundamente los corazones, llevando toda su familia a los pies de Jesús. Una semilla de fe que generó una cosecha eterna”.
El testimonio de Valentina muestra cómo la determinación y el amor sincero por Dios de los jóvenes pueden convertirse en instrumento para la restauración y el avivamiento en los hogares. Cada vez es más notable que los adolescentes pidan el bautismo como muestra de crecimiento y madurez espiritual, especialmente en contextos donde la familia acompaña y valida esta decisión como parte de su proceso de discipulado.
Diversos estudios y líderes cristianos destacan que cada vez más adolescentes, incluso en sociedades seculares, piden el bautismo —muchas veces siendo ellos el primer eslabón de la fe en la familia— y que la iglesia local puede ser clave en facilitar este paso, acompañando con oración, estudios bíblicos y diálogo abierto.
El bautismo colectivo no solo es una fiesta espiritual, sino también un fuerte testimonio ante la comunidad, reafirmando el papel central de la familia en la vivencia de la fe cristiana: “Nuestro corazón se llena de alegría al ver que el propósito de Dios se cumple, la Palabra es predicada, vidas son alcanzadas y milagros suceden. ¡Gracias, Dios!”, compartió la iglesia en sus redes sociales.
La obra del Espíritu Santo es capaz de alcanzar a todos los miembros de una casa a través del testimonio de uno solo. La Biblia enseña: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:31), y estos hechos actuales muestran que una fe viva y decidida puede ser el principio de una cosecha de redención y restauración familiar.
La iglesia anima a los padres a escuchar y acompañar a sus hijos cuando manifiestan inquietudes espirituales: el bautismo no solo inicia una vida de discipulado individual, sino que puede convertirse en el motor de transformación y bendición para el entorno familiar y para la comunidad de fe.
